Abstract
La política laboral de los dos últimos gobiernos no ha sido diseñada al azar: ni obedece a la búsqueda de un “espíritu de coordinación económica y equilibrio social” que armonice las relaciones entre el capital y el trabajo.
Esta política laboral responde a la necesidad que tiene el capital de reintegrar, por los cauces de la "normalidad institucional", a un movimiento obrero que en los últimos años, ha dado muestras de autonomía y ha desbordado los mecanismos tradicionales de integración. En efecto, los trabajadores han creado formas nuevas de organización que dicen de una futura unidad, al romper barreras legales entre sindicato y sindicato, enrte empresa y empresa.
Downloads
Download data is not yet available.