Resumen
Acontecimientos internacionales y nacionales ponen de nuevo sobre el tapete la discusión sobre la validez de la distinción entre izquierda y derecha en el mundo contemporáneo. El triunfo electoral del exobispo Fernando Lugo en Paraguay parece inclinar más a Suramérica hacia la izquierda, aunque ciertamente ella diste de ser homogénea –mucho va del socialismo del siglo XXI de Chávez al gobierno de Concertación de Bachelet–. La polarización política en América Latina se agudizó con el ataque de las fuerzas armadas colombianas a un campamento de las Farc en Ecuador a comienzos de marzo de este año. En sucesivos foros latinoamericanos se esgrimieron dos lecturas ante estos hechos: la totalidad de los países, con la excepción del nuestro, defendían la tesis de la inviolabilidad de la soberanía nacional y por lo tanto condenaron la invasión; mientras el gobierno de Uribe en solitario la justificaba con la tesis –aplicación de la doctrina Bush– de que la lucha contra el terrorismo no conoce fronteras. Ni siquiera un aliado de Uribe Vélez como el Alan García lo secundó en los foros aludidos y salvo algunos países centroamericanos, Uribe no ha logrado que el resto de América Latina lo acompañe en su condena de las Farc (y del ELN) como grupos terroristas. Lo que estos eventos muestran es que, así Uribe Vélez quiera anular la distinción entre izquierdas y derechas por “obsoleta”, ella está más viva que nunca. Claro a él no le conviene que esta diferencia se magnifique porque hace evidente su aislamiento continental.
Palabras Clave: Izquierda, Derecha, Fernando Lugo, Socialismos del Siglo XXI, Bachelet, Polarización política, Farc-EP, ELN América Latina, Alvaro Uribe, Alan Garcia