Abstract
Atónitos los latinoamericanos y el mundo entero hemos presenciado la manera como un pequeño grupo de hombres, armados de puñales y cortapapeles, pusieron en jaque al país más poderoso del planeta. El hecho fue mostrado en vivo y en directo a casi todos los rincones de los cinco continentes, y lo hemos visto en diferido una y otra vez hasta el aprendizaje de memoria o el cansancio.
El acontecimiento ha sido histórico por su propia naturaleza. Tal como el 9 de abril partió en dos la historia de nuestros padres y abuelos en 1948, el 11 de septiembre de 2001 será una fecha inolvidable para todos los estadounidenses en las presentes generaciones. De la misma manera como nadie olvidó en Colombia dónde se hallaba en el momento que ocurrió el asesinato de Gaitán o cómo se enteró de la tragedia, nadie en Estado Unidos borrará de su vida el instante en que observó por primera vez las imágenes del derrumbe total del World Trade Center en Nueva York, o recibió la noticia de su desastre.
No se pretende con el presente escrito describir una vez más lo sucedido. Más allá de las realidades crudas y palpables que los hechos encierran y transmiten con sus características visibles, corresponde al análisis hurgar en todo aquello que se esconde a la mirada simple y desprevenida de los espectadores, para comprender y desnudar el devenir de una historia que, cada vez más, involucra a todos los habitantes de la tierra.
Palabras Clave: World Trade Center, Nueva York, Estados Unidos, Torres gemelas